Hotel Mulino di Firenze
BOOKING ONLINE

LA HISTORIA DEL MOLINO

Agua que se mueve, que se desliza hacia el mar, que corre, que alisa las piedras. Agua que mueve molinos.

La historia de Il Mulino di Firenze empieza entre Florencia y las colinas del Chianti, allí donde el hilo conductor es el agua, unas veces calma y plácida, otras impetuosa y fragante. Fueron los basilianos, seguidores de san Basilio y expertos en regular el caudal del agua y en trabajar la madera, quienes desarrollaron el uso de los molinos en la campiña florentina entre los siglos VII y VIII. Según se dice, la construcción del Mulino della Nave de Rovezzano también se debe a estos monjes laboriosos procedentes de Armenia y Anatolia. El molino se convirtió muy pronto en un elemento de poder económico, ligado a las propiedades señoriales y eclesiásticas. El Mulino della Nave se remonta a 1350 y pertenecía a la familia de los Albizzi. En 1489 Urbino I, quincuagésimo abad de la Badia de Florencia, le compró el molino de Rovezzano, situado en la orilla derecha, a Paolo Albizzi por 836 escudos de oro.

Storia hotel Mulino di Firenze

Fluir

del río

Las orillas del río, que durante siglos ha sido la savia vital y la principal vía de comunicación de la región, relatan la historia de una tradición agrícola en la que se basa el patrimonio agroalimentario y paisajístico de la Toscana. Tras su restauración, el hotel ha conservado la estructura original de las instalaciones destinadas a la molienda. Así, quienes se pasean entre las balsas, los depósitos y los graneros, se quedan fascinados por el ingenio que demuestra esta majestuosa arquitectura.

Ingenio

y trabajo del hombre

Cuando nos encontramos en el interior, como parte de este viaje fascinante e insólito que supone alojarse en el corazón de un molino, nos sumergimos en la típica estructura portante de este tipo de edificio, con sus arcos rebajados de medio punto y de crucería.

Encanto

atemporal

En una de las salas del hotel se puede ver todavía la antigua máquina hidráulica del siglo XIX que procede de la fábrica del ingeniero de Zúrich Gustav Daverio. La rueda hidráulica exterior atestigua un pasado glorioso, basado en el ingenio y el trabajo.

Desde la antigua entrada del molino se accede a la “Piazzetta Mauro Lotti”, recuperada gracias a una elegante restauración que ha mantenido intacto el antiguo esplendor de las losas de barro cocido.

Hoy en día el molino sigue ligado con gratitud a su río, fascinando a quienes eligen alojarse en él. Y el Arno corresponde con su lento fluir, testigo de la historia de esta región.

Download Historia